Existen diferentes criterios para clasificar las formas y, sin embargo, no son excluyentes entre sí: una misma forma puede tener diferentes características e incluirse en más de una categoría.
- Formas cerradas y formas abiertas: relacionado a la técnica y las herramientas que utilicemos, las formas cerradas son aquellas que tienen su contorno perfectamente definido. Muchas veces emplean superficies planas o casi planas. Por el contrario, las formas abiertas tienen sus límites difuminados, se entremezclan unas con otras sin saber claramente dónde comienza una y acaba otra.
- Formas regulares e irregulares: las primeras (regulares) utilizan como referencia los polígonos que tienen sus lados y ángulos iguales, como el triángulo equilátero, el cuadrado, el pentágono regular, etc. Las formas irregulares son, lógicamente, todas las demás.
- Formas positivas y negativas: normalmente escribimos sobre papel utilizando el negro como elemento positivo que se añade, de manera que el blanco es el negativo que recibe al anterior. Por lo tanto, las formas positivas ocupan un espacio concreto, mientras que las formas negativas se ven como hueco, dado que están rodeadas por un espacio ocupado.